domingo, 12 de agosto de 2012

La importancia de la sonrisa de un paria

Anteayer vi el sol y dijo
que ayer volvería a salir
mas ayer vi que no vino.
Un rayo que llegó a mí
desde la nube blanca
me dijo venir de él
y que la luz vertida
por las gotas evaporadas
era luz suya
clavada en el agua
y de ella reflejada.

Es fácil de creer
en una vida repetida.
Algunas veces no se ve así
pero el sol siempre pasa
aunque no lo vea salir.
Hoy ya sé que luce también
mientras giro en torno a él,
nadie ha descubierto
distinta evidencia
así que sigo creyendo
en el dinero como ciencia.

No es cierto
aunque lo practique a conciencia
que su importancia,
la de Don dinero,
sea tanta como la que leo
en la sonrisa de un paria.
Poco hecho
y mucha palabra,
verborrea barata
pero así lo veo.
Son cosa de la ignorancia
los hechos,
de mi cómoda aristocracia,
mas ya empiezo.

En mi gimnasia diaria,
aún existiendo,
ya no manda.
Si no es la órbita la que cambia
quizás miraba con gafas ancianas.
No me resulta fácil entenderlo
después de tanto tiempo creyendo.

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